A 10 días de la explosión los habitantes de Judibana, San Rafael, Creolandia estamos muy lejos de retomar nuestra vida normal. Tráfico restringido, espuma por todos lados, calles militarizadas y numerosos rumores de nuevos eventos son ahora cosas cotidianas. Increíbles historias de conocidos y de desconocidos están a la orden del día en la panadería, el trabajo, el banco... Las noches son de alerta constante. Cada sonido estruendoso nos altera. Algunos de nosotros hemos desarrollado una fobia hacia los colores amarillo y naranja. Pasarán meses y quizás años para volver a la normalidad.
LQ
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